Miami no deja de sorprender con su abundante variedad de alojamiento que continúa en ascenso sumando aperturas de exclusivas cadenas hoteleras por distintos puntos de la ciudad. Una de las inauguraciones más comentadas a fines del 2016 ha sido sin dudas la del SLS Hotel & Residences en Brickell. La mega fiesta a la que solo tuvieron acceso ciertos invitados VIP fue organizada por Jorge Perez, fundador y presidente de The Related Group, desarrolladora que llevó a cabo y comercializó el emprendimiento, y Sam Nazarian, creador y CEO de Sbe, el hombre detrás de las marcas SLS y Hyde.
La velada no dejó de sorprender a los asistentes con innovadores destaques como drones sobrevolando las piscinas llevando bebidas a los asistentes y la actuación estelar de el cantante pop Boy George quien ofreció un show repasando sus más conocidos hits de los años ochenta. El famoso diseñador de interiores Philippe Starck, el arquitecto Fort-Brescia y los chefs Jose Andrés y Michael Schwartz, todos piezas claves del éxito de la torre, también se hicieron presentes para el espectacular evento que dio que hablar por varias semanas.
La propiedad de 55 pisos de altura, diseñada por Arquitectónica, cuenta con 124 habitaciones de hotel administradas por el grupo Sbe y 450 residencias de condominios que fueron adquiridas por compradores provenientes mayoritariamente de Sudamérica. Los residentes de SLS Brickell y los huéspedes del hotel tienen acceso a múltiples amenidades y servicios, como un espectacular gimnasio, tres piscinas, bar al aire libre, una sala de proyección privada y salón de juegos, además de un amplio espacio para eventos. En el piso 10 se encuentra Ciel Spa, el cual ofrece todo tipo de tratamientos de belleza y relajación.
La terraza ha sido reservada para uso exclusivo de los propietarios e inquilinos que habitan el área residencial de la torre, desde donde se puede nadar en una tranquila piscina con vistas panorámicas de Brickell, Downtown y la bahía, disfrutar la puesta del sol o de una velada romántica desde las alturas.
El inconfundible estilo de Philippe Starck es protagonista en cada esquina y principalmente en los sectores sociales y habitaciones del hotel, en donde sus originales e inesperadas piezas han sido colocadas estratégicamente a lo largo del complejo denotando ese toque alternativo y moderno que caracteriza al diseñador.
En tanto la fachada exterior capta la atención inmediata de todos los transeúntes por su vibrante y colorido mural de 40,000 pies cuadrados, obra del artista alemán Markus Linnenbrink.
Por su lado la artista suiza Katja Loher llevó a cabo una fascinante instalación de seis videos que se encuentran ubicados sobre el techo en el ingreso vehicular del edificio, una distinción de bienvenida a los visitantes que inmediatamente levantan su cabeza para admirar las imágenes proyectadas.
La gastronomía es otro plato fuerte del SLS Brickell, que por primera vez en Miami ha logrado reunir bajo un mismo techo a dos chefs ganadores del prestigioso premio culinario James Beard Award: Jose Andrés y Michael Schwartz.
Jose Andres, opera como director gastronómico del hotel y recientemente acaba de abrir las puertas de “Bazaar Mar” en sus instalaciones, un amplio e imponente restaurante especializado en frutos del océano complementado por sus orígenes españoles, y cierto enfoque en la cocina de Miami y el Caribe.
El sitio es un deleite en estilo y decoración obra de diseño interior by Starck que vale la pena visitar. Bazaar Mar es el segundo restaurante en Miami de Jose Andres, quien lleva con éxito “The Bazaar” en el SLS South Beach.
Por su parte, el reconocido chef y empresario Michael Schwartz, incursiona por primera vez con un restaurante italiano localizado al lado del lobby del hotel. Fi’lia se encuentra abierto durante el desayuno, almuerzo, cena y también sirve aperitivos por la tarde. De su horno de barro salen las más exquisitas pizzas naturales, sus panes y pastas son producidos in situ utilizando mayoritariamente productos naturales provenientes de granjas locales.
Su luminoso salón, otro proyecto ideado por Starck, es cálido y acogedor, invitando a quedarse por horas tanto en su barra como en las numerosas mesas dispersas en su interior.
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