El REGALO MÁS CÓMODO PARA EL DÍA DEL PADRE
El Día del Padre está a la vuelta de la esquina. Así que ¿qué mejor tema que regalos especiales padres y / o a nuestros queridos mariditos?
Tuve la suerte de tener una relación muy unida y amorosa con mi propio padre. Ya no está conmigo y lo extraño mucho todos los días. Él, como la mayoría, tuvo una vida interesante. Nació y se crió en Nueva York en un barrio italiano muy étnico. Tengo maravillosos recuerdos de cuando a menudo visitaba a mi abuela en su pequeño apartamento. Vivimos en los suburbios de Nueva York. Su apartamento estaba en el Bronx. El aroma de la salsa marinara o como los italianos dicen “salsa”, fue lo primero que me gustaba oler cuando entraba por los pasillos de su bello e histórico edificio. Todos los inquilinos también eran italianos. Su apartamento estaba lleno de amor, comida y amistades.
Mi abuela, María, fue inmigrante de origen Italiano. Llegó a Nueva York cuando tenía dieciséis años de edad para casarse con mi abuelo Salvatore Di Mare. Ella llegó en barco y se casaron de inmediato. Nunca se habían conocido antes. Eso era típico en su mundo en ese momento. Los hombres jóvenes inmigraban a Estados Unidos para prosperar. A Las mujeres del viejo mundo las enviaban a los Estados Unidos para casarse con ellos y comenzar una nueva vida en este país.
Ella se sentía orgullosa de su casa que estaba siempre impecable y trataba a su pequeño tesoro como si fuera un castillo. ¡Ella le ponía cubiertas de plástico a TODO!! En el verano, las piernas y los brazos se me pegaban al sofá que estaba tan caliente. ¡Incluso las lámparas tenían cubiertas de plástico! Sin embargo, había un mueble que tuvo el honor de no estar cubierto con estos plásticos y este pertenecía a mi abuelo. Fue su sillón reclinable. Ah, sí, los hombres y sus sillones. Es una historia de amor que se extiende por décadas, y sin límites de clase o etnia.
Durante muchos años, los sillones Reclinables se consideraron anticuados y sin gusto. Bueno, las cosas han cambiado. Los Reclinables están de regreso. Si ven cualquier revista de diseño, los verás en los espacios elegantes. Yo también los he colocado en muchas casas de lujo. Reclinables son lo que yo llamo piezas de muebles “felices”. Son la silla perfecta. Ellos envuelven el cuerpo, con reclinación y movimiento. Son la pieza óptima de muebles para satisfacer nuestras necesidades sensoriales. Ellos te relajan, calman y garantizan la seguridad. Además, están disponibles en diferentes colores, estilos y precios .De todo lo que uno se pueda imaginar.
Si mi padre estuviera conmigo hoy, sin duda, yo le compraría un sillón reclinable para el Día del Padre.
Por lo tanto, si usted está leyendo este artículo y su padre está vivo y bien, considérese bendecido y regálele la silla que se merece un rey, un sillón reclinable.
Señores,¡ Feliz Día del Padre!
THE MOST COMFY FATHERS DAY GIFT
Father’s Day is just around the corner. So what better topic to write about than what to get the special dads and/or hubby’s in our life?
I was fortunate to have a very close, loving relationship with my own dad. He is no longer with me and I miss him every day. He, as most, had an interesting life. He was born and raised in NY in a very ethnic, Italian neighborhood. I have wonderful memories of visiting my grandmother often in her tiny apartment. We lived in the suburbs of NY. Her apartment was in the Bronx. The aroma of marinara sauce or as Italians say “gravy,” was the first thing I would smell when I entered the lobby of her beautiful, historic building. All the tenants were Italian as well. Her apartment was filled with love, food and family.
My grandmother, Mary, was an immigrant originally from Italy. She came to New York when she was sixteen years old to marry my grandfather Salvatore Di Mare. She arrived by boat and they married immediately. They had never met before. That was typical in their world at that time. The young men would come to America to prosper. The women would be sent from the old country to marry them and start a life in America.
My grandmother was very proud to be living in America. She also took great pride in her home; she was immaculate and treated her tiny treasure as if it was a castle. She had plastic covers on EVERYTHING!! In the summer, our legs and arms would stick to the sofa it was so hot. Even the lampshades had plastic covers! However, there was one piece of furniture that had the honor of freedom without plastic. It belonged to my grandfather. It was his recliner. Oh yes, men and their recliners. It’s a love story that spans decades, without boundaries of class or ethnicity.
For many years, recliners were considered old fashioned and tasteless. Well, things have certainly changed. Recliners are making a huge comeback. Look in any design magazine and you will see them in the most posh of spaces. I also have placed them in many luxury homes. Recliners are what I call “happy” pieces of furniture. They are the perfect chair. They envelope the body, recline and move. They are the optimal piece of furniture to meet our sensory needs. They relax, calm and provide security. Plus, they are available in every price range, color and style one can imagine.
If my dad was with me today, hands down, I would buy him a recliner for Father’s Day.
So, if you’re reading this article and your dad is alive and well, consider yourself blessed and get him a well deserved chair fit for a king, a recliner.
Happy Father’s Day gentlemen.
ESTO VA CON SU FOTO
Deborah Rosenberg, founder of Di Mare Design and Ddigz.com has spent over 12 years designing ultra luxury residential and commercial spaces worldwide. She also designs spaces for Autism and others with sensory issues. www.DiMareDesign.com
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